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Cuando desde la cima del mundo
asomes la mirada
y sientas el vértigo inmanente
a esa soberbia cúspide,
de conquista y escalada rigurosa
que hacia el vacío te lanza,
de las sirenas febriles no escuches
atónita su canto,
ni de los brillos hirientes
se cieguen tus ojos con las luces
que, en caída libre,
se adentran
hacia la morada ciega
de una noche subterranea
no temas abrazarte entera
a las picudas orillas
de las álgidas montañas,
no te espanten las laderas
resbaladizas
de la tierra ancha y prometida:
has encumbrado el Norte,
estás libre y solitaria
lánzate de plenitudes llena
al vacio en tu alborada,
extiende la inmensa anchura
en la explanada
detenida de tus alas
y con el pecho abierto
de pálpitos hambrienta
vuela… vuela… vuela…
y aún no sabiendo volar
ante un descenso involuntario
o ante una caída inminente…
¡¡¡...PLANEA...!!!
.6 ENERO 2009