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Hoy estoy ¡tan triste¡
que las palabras en mi boca,
como mudos caminos,
se aceleran al precipitarse
hacia un escorzado pavimento
que me arrastra en la avenida
de sus lamentaciones grises.
Y como hoy, ya no hay sonrisas
intentaré deletrear mi tristeza
sobre esta hoja de luz,
que a merced de un botón
que equivocada pulse,
tal vez desaparezca para siempre.
Y así, como triste esbozo
de una mañana desilustrada
de viñetas coloreadas y alegres
transferiré de tanto en tanto
una despedida, en cada palabra,
en cada tecla,
de este autómatico abecedario
deslucido, grisáceo y triste.
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