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A Nina mi CANdorosa
y CANdida niña.
Roja mañana,
amenazadora como una sangrante herida.
Negras montañas de noches
azotan de luto mi esperanzado horizonte.
Y entre las rojas mañanas apuñaladas de amapolas
y las noches negras ametralladas de dolor,
te alejas, toda tú luminosa e invisible.
Roja y negra vida
de amapolas y anocheceres.
Te vas querencia sin extremos.
Te marchas inmóvil
y te alejas.