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Se me desboca la lengua cuando hablo de nosotros.
gladiadores del verso en la arena del poema,
contra la fiera del caos que se esconde en la palabra
contra soliloquios, pareados, monotemas
contra neuralgias de amores por amor ametralladas.
Se me desboca la lengua cuando hablo de nosotros,
solitarios castillos levantamos en la arena,
en las malas noches de escotes de rimas hirientes
del soneto antiguo, que entre cuartetos se debate
si bajarse al terceto si escaparse o suicidarse.
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Se me deboca la lengua cuando hablo de nosotros
soldaditos de plomo de batallas sin heridas
empuñando poemas en el campo negro y grana
disparando amores, jardines, versos y caricias
sobre los ténues grises de las almas desalmadas
que acorazan madres, esposas, niños y viejos.
Se me desboca la lengua cuando hablo de nosotros
se me desboca el alma, la calma, el inventario
de los poemas vuestros, de los mios, de los muertos
de poetas guerreros, sabios, locos o ermitaños
que perdieron la vida entre versos y alegrías
cayendo frente a otros por sus versos desbocados.