04 octubre 2009

A vos que estais en el cielo

.

Hoy he perdido el Oriente
de aquellos lejanos versos
que me adormecían
como opio inyectado
en la médula de mis sentidos

Y te he visto alejarte sin pausa
frente a mi ataúd blanco de espino
recogiendo dos púberes flores
de pálidas manos nuestras
para evocarme mientras te olvido

Lo siento. Lo siento en el alma
albergada en despedidas de
noches silvestres en lunas cuajadas,
permisiva falta que me obliga
a pedir perdón a quien falté.